(Getty Images)

El gigante del equipo de Stan Van Gundy realizó siete tapas el martes

El Orlando Magic ganó su octavo partido consecutivo fuera de casa para elevar su marca a 17-4 y alcanzar a Boston en lo más alto de la Conferencia Este. No es un registro cualquiera.

Dwight Howard anotó 25 puntos, bajó 11 rebotes, bloqueó siete balones y repartió cinco asistencias. Tampoco son estadísticas cualquieras.

Todos los numeritos dicen que debemos tomar al Magic en serio. Y sin embargo, en estos vestidores aún puedes ver a Howard interpretando a Stan Van Gundy como peleador de sumo, escuchar a Howard y Marcin Gortat discutiendo sobre qué Autobots serían si fueran Transformers, ver a Rashard Lewis sacando una cámara para filmar las entrevistas de Vince Carter después de los partidos y escuchar a Jason Williams recitando alguna letra de Nice & Smooth por ninguna razón aparente.

Williams jugó para los libres y divertidos conjuntos de los Sacramento Kings a fines de la década de los '90, pero dijo que este equipo es mejor... y hasta más relajado.

"Son todos", dijo Williams. "Los entrenadores también se involucran".

Sí, Van Gundy también tiene sus momentos de humor. Durante la segunda mitad del triunfo de Orlando por 97-86 sobre los Clippers el martes por la noche, el escolta Sebastian Telfair de Los Angeles lanzó un pase sin mirar que fue a parar justo a las manos de Van Gundy. Van Gundy se encuadró hacia el aro y comenzó a preparar un tiro desde los laterales, y luego pensó mejor.

"Hizo un gran pase", dijo Van Gundy. "Tenía la pistola cargada y estaba listo para disparar. Aunque probablemente estaba unos 15 pasos fuera de mi alcance".

Sin embargo, todos los demás son libres de lanzar a voluntad. El Magic intenta un promedio de 27.5 triples por partido, y tomó 34 (de los cuales acertó 14) el martes.

Pero también penetraron con Howard, quien convirtió siete de 10 goles de campo -- además de acertar 11 de sus 15 tiros libres. Anotó 10 puntos en los primeros 5 ½ minutos, y luego Lewis acertó tres tiros detrás del arco en poco más de un minuto (dos asistidos por Howard), en un despliegue extremo del juego interno-externo del Magic. Si el marcador está ajustado en el último cuarto se sienten cómodos dándole el balón a Carter.

"Cuando las cosas se ponen difíciles, debes tener varias opciones diferentes de las cuales puedas agarrarte", dijo Anthony Johnson, quien está reemplazando nuevamente al lesionado Jameer Nelson". "No tenemos eslabones débiles ahí afuera". Es en calidad de visitantes que los equipos suelen plantar su estampa definitiva, y, con 10 victorias fuera de casa, el Magic está gritando tan fuerte como Van Gundy al costado de la cancha.

Y Howard lo imita muy bien, por cierto. Cabe preguntarse si el Magic se cansará de escucharlo, pero por ahora siguen bien alertas a sus directivas y claramente le están respondiendo mucho más que los Clippers a Mike Dunleavy.

Howard le dedicó un tributo de cinco minutos a Van Gundy que al principio fue demasiado emotivo, como el discurso de "Ese es mi mariscal de campo" de Terrell Owens, y luego se pasó de la raya con los elogios (tomé la segunda parte con mi cámara). Luego, con un poco más de seriedad, dijo que Van Gundy ha estado "mucho mejor. Queremos que nos empuje a ser mejores. Si él no nos empuja, ¿quién lo hará?".

Pero la verdadera carga sigue estando sobre Howard, quien debe guiarlos y mantenerse a la altura de su estatus de superestrella, encontrando el equilibrio entre excéntrico y JMV de las Finales que Shaquille O'Neal interpretó a la perfección durante sus días con los Lakers. Un consejo en caso de que el Magic vuelva a llegar a las Finales: si el mejor jugador del otro equipo está construyendo su reputación en base a caras como ésta, tal vez no sea el mejor momento para lanzar una campaña de propagandas con caras como ésta.

Por ahora, Howard sigue siendo tan gracioso como siempre, sobre todo con un nuevo compañero de comedia como Brandon Bass. Está lo suficientemente despreocupado como para robarse algunas palomitas de maíz del balde de un aficionado en la segunda mitad de un partido, o como para sonreír en la mitad de una jugada.

"Mucha gente dice que me estoy divirtiendo demasiado, pero sólo se vive una vez", dijo Howard.

Dos recordatorios: cumplió 24 años el martes. Y el Magic se ha convertido en el mejor equipo visitante de la liga en lo que va de la campaña.